Dos estudios realizados en Perú por Fundación MAPFRE revelan algunos indicios para detectar a tiempo la adicción a Internet, y recogen recomendaciones para utilizar saludablemente las nuevas tecnologías.
Una de las tendencias generadas por la pandemia del COVID-19 ha sido el aumento considerable del uso del Internet. Según el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (Osiptel), hasta agosto del presente año, el servicio de acceso a internet fijo en el país aumentó en un 14,2% anual. Además, la entidad informó que, al cierre del segundo trimestre, el volumen de datos móviles fue un 45,1% más respecto al mismo periodo del 2020.
Acceder a Internet nos ha traído muchos beneficios, como el desarrollo de la teleducación para fomentar el aprendizaje de los niños y adolescentes en pandemia, pero un uso incorrecto de esta plataforma podría generar una adicción y patrones de navegación poco seguros que ponen en riesgo a los niños y adolescentes.
Un estudio previo realizado en el año 2016 se enfoca en las señales de alerta emocionales que desarrollan los jóvenes cuando tienen adicción al Internet. Algunas de ellas son las siguientes:
Aplazamiento de necesidades vitales
El 33% suele posponer su sueño por estar conectado en vez de descansar. El 7% ha dejado de comer por estar conectado.
Preferencia por el aislamiento
Estar solo, sentirse solo, descuidar relaciones personales, es una señal de posible depresión. Los adolescentes que muestran un mayor riesgo de adicción a Internet presentan una preferencia por estar solos en mayor proporción que aquellos menores que no muestran señales de alerta.
Pérdida de control
Empiezan a mostrar síntomas de abstinencia y desarrollo de tolerancia: el 20% dice que no puede estar desconectado; un 24% piensa que debería controlarse y no puede; 7% confiesa que cada vez necesita estar más tiempo conectado para sentir la emoción de antes.
Ansiedad
El 16% siente ansiedad frecuentemente cuando no puede conectarse. El 15% manifiesta que, si se quedara sin el celular, haría lo que fuera por recuperarlo.
Frente a esta situación es esencial que los padres de familia presten atención a sus hijos en cuanto a la interacción y al uso del Internet y las redes sociales, además de percatarse si hay un desarrollo de nuevas conductas. Es importante informarse sobre el uso correcto de las TIC y no simplemente rechazarlas.
Fundación MAPFRE recomienda escuchar al menor sin juzgarlo, saber sus gustos en internet y comprenderlo, para que puedan compartir juntos espacios donde se aproveche en educar sin prohibir y aconsejar sin quitarles privacidad.
Sin una adecuada supervisión y un uso incorrecto del internet, los menores podrían estar expuestos a peligros como el ciberbullying y el ciberacoso de conocidos y desconocidos. Para ayudar a los padres y docentes en el proceso de guiar a los menores hacia un uso saludable de las redes e internet, Fundación MAPFRE pone a disposición de la sociedad materiales orientadores y educativos en el siguiente enlace, para que cualquier lector pueda acceder a ellos de manera gratuita.