¿Qué puedo hacer para que no me dé hepatitis? ¿Tengo más riesgo de sufrir cirrosis? ¡En esta nota te lo contamos todo!
El número de casos registrados por hepatitis en el Perú es un dato estadístico que varía anualmente y desde el 2020 ha ido incrementando. Por si no lo sabías, la hepatitis es una inflamación del hígado causada por infecciones virales, y existen cinco tipos comunes: A, B, C, D y E. Además, es causada principalmente por infecciones virales, por lo que es una preocupación para la salud pública debido a sus graves consecuencias, como daño hepático crónico, cirrosis e incluso cáncer de hígado.
Por otra parte, debes saber que la hepatitis puede afectar también a los niños, por lo que es fundamental protegerlos con las medidas de prevención adecuadas. La pregunta que muchas personas se hacen es si esta enfermedad es curable o no. A continuación, exploraremos la respuesta y los tratamientos disponibles. Pero primero te compartiremos la información clave para reducir el riesgo de contraer hepatitis:
¿Cómo prevenir la hepatitis?
Es importante seguir las recomendaciones de cuidado para prevenir el contagio de hepatitis. Es por ello que aquí te traemos estos consejos para que sepas qué hacer para no tener hepatitis:
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- Practica una buena higiene
- Consume alimentos bien cocinados
- Consume agua potable
- Vacúnate como medida de prevención
- Evita tener relaciones sexuales sin protección
- Evita cualquier forma de contagio a través de la sangre
- Disminuye el consumo de alcohol para disminuir el daño hepático
- Evita el contacto con animales que puedan estar infectados
Ahora que ya conoces cómo prevenir la hepatitis, la respuesta a la curabilidad de la hepatitis depende del tipo específico de la enfermedad. ¡Aquí te traemos esta información valiosa de la Organización Panamericana de la Salud!:
¿Cómo me puedo curar de la hepatitis?
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- Hepatitis A: Sí, la hepatitis A es generalmente una enfermedad aguda y autolimitada, lo que significa que el cuerpo puede eliminar el virus por sí mismo en la mayoría de los casos. No se requiere un tratamiento específico, aunque se pueden administrar medicamentos para aliviar los síntomas, evita medicamentos innecesarios, como antieméticos o paracetamol.
- Hepatitis B: La hepatitis B también puede ser curable en algunos casos. La mayoría de las personas infectadas con hepatitis B se recuperan completamente y desarrollan inmunidad al virus. Sin embargo, en los casos de infección crónica, el virus puede persistir en el cuerpo y requerir un tratamiento a largo plazo. La terapia antiviral puede ser eficaz para suprimir la replicación del virus y prevenir la progresión a cirrosis o cáncer de hígado. La OMS recomienda administrar tenofovir o entecavir por vía oral para reducir la presencia de este tipo de hepatitis. Es importante que sepas que cuando se inicia el tratamiento contra la enfermedad, se debe mantener durante toda la vida.
- Hepatitis C: En los últimos años, ha habido avances significativos en el tratamiento de la hepatitis C. La mayoría de los pacientes ahora pueden ser curados con terapias antivirales de acción directa (DAAs, por sus siglas en inglés). Estos medicamentos tienen altas tasas de éxito y, en muchos casos, pueden eliminar completamente el virus del cuerpo.
- Hepatitis D: La hepatitis D es una infección que solo ocurre en personas que ya tienen hepatitis B. Aunque no existe una cura específica para la hepatitis D, la prevención de la hepatitis B mediante la vacunación puede evitar la infección con el virus D.
- Hepatitis E: La mayoría de las personas con hepatitis E se recuperan completamente y no requieren un tratamiento específico. Sin embargo, en personas con sistemas inmunológicos debilitados, como mujeres embarazadas, la infección puede ser más grave.
Es importante destacar que el tratamiento y la curabilidad de la hepatitis varían según el tipo y la fase de la enfermedad. Por lo tanto, es esencial consultar a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico preciso, recibir el tratamiento adecuado y conocer sus síntomas.
¿Por qué se relaciona a la hepatitis con la cirrosis?
La hepatitis se relaciona con la cirrosis debido a la progresión de la enfermedad y al daño hepático crónico que puede ocurrir si la hepatitis no se trata adecuadamente o se convierte en una infección crónica.
En algunos casos, si el virus persiste en el cuerpo durante un largo período o si la infección no se trata adecuadamente, el hígado puede sufrir daño crónico. Con el tiempo, este daño acumulativo puede llevar a la formación de cicatrices en el hígado, un proceso conocido como fibrosis hepática.
Si la fibrosis hepática continúa sin control, puede avanzar hacia una condición más grave llamada cirrosis hepática. La cirrosis es una etapa avanzada e irreversible del daño hepático, en la cual las células hepáticas normales se reemplazan por tejido cicatricial, lo que afecta gravemente la función hepática.
Es importante destacar que no todas las personas con hepatitis desarrollarán cirrosis. La probabilidad de desarrollar cirrosis depende de varios factores, como el tipo de virus de la hepatitis, la duración de la infección, el estado de salud general y otros factores genéticos y ambientales.
Ten en cuenta que es importante que consultes a un médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados en caso de sospecha de hepatitis. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden marcar la diferencia en el manejo y curación de esta enfermedad. Recuerda que un seguro de salud, como el de la Clínica Digital MAPFRE, puede brindarte una atención oportuna y protección frente a esta enfermedad. ¡Prevenidos seguimos cuidándonos.