La lactancia materna es muy beneficiosa para los niños y niñas, pues favorece el desarrollo inmunológico, el crecimiento físico, el comportamiento afectivo y emocional.
El alimento ideal para el recién nacido es la leche materna, ningún otro alimento puede sustituirlo, los bebés alimentados con leche materna contraen menos enfermedades y están mejor nutridos que los que reciben otros alimentos con biberón.
Es la primera vacuna de nuestros hijos
Ya que transfiere anticuerpos de la madre al hijo. Los niños y las niñas alimentados al pecho adecen menos enfermedades y requieren menos atención sanitaria que los que reciben alimentación artificial.
Fortalece los pulmones
Está comprobado que la lactancia disminuye el riesgo de contraer enfermedades respiratorias. Además de aumentar la capacidad pulmonar, transmite inmunoglobulinas que los protegen de alergias, asma e infecciones, entre otras.
La lactancia tiene ventajas emocionales
Porque cubre necesidades del bebé como calor, confort, alimento y cuidados. El hecho de tener acceso el uno al otro y contacto piel a piel cimienta el vínculo y brinda soporte a la necesidad innata de estar juntos.
Se digiere y asimila con gran facilidad
Esto previene incomodidades en el bebé relacionadas con su insipiente sistema digestivo, incluyendo diarrea, estreñimiento y cólico.
Proporciona anticuerpos de la madre
La nutrición en las primeras etapas de la vida del bebé es determinante en el desarrollo del sistema inmunológico del bebé. La lecha materna contiene anticuerpos que le ayudan a tu bebé a combatir diferentes tipos de virus, bacterias e infecciones.
Previene las alergias
La lactancia materna previene las alergias por dos razones: primero, el bebé está expuesto a menos alérgenos en los primeros meses de vida, que es la etapa más susceptible y segundo, la cubierta protectora que ofrece el calostro evita que potenciales alérgenos penetren el sistema del bebé.
Favorece el correcto desarrollo de la mandíbula, los dientes y el habla
El acto de succión contribuye al avance de la mandíbula del bebé alcanzando una posición apropiada alrededor de los 8 meses
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