Evite romper la cadena del frío con los alimentos, sobre todo con aquellos que deben conservarse en la refrigeradora
En esta época del año el clima cambia, aparecen las altas temperaturas y todo el ambiente se vuelve caluroso y es ahí donde también cambian los hábitos alimenticios, las rutinas, las costumbres y las actividades diarias.
Justamente debido a todo ello es que durante estos meses de verano aumentan con frecuencia ciertos trastornos intestinales.
Causas
- Generalmente estos problemas gastrointestinales son causados por los virus, bacterias y parásitos.
- Estas infecciones también se dan cuando el calor acelera la descomposición de los alimentos que están a temperatura ambiente y se vuelven en mal estado.
- Es en esta época donde hay más moscas, mosquitos y otros insectos que inoculan gérmenes en los alimentos en que se posan.
- Los alimentos almacenados en condiciones antihigiénicas son otra causa principal.
- La manipulación del agua doméstica en condiciones carentes de seguridad también es un factor de riesgo importante.
- Cuando los alimentos no se consumen rápidamente y están expuestos mucho tiempo al calor puede que se malogren, y sin darnos cuenta los consumimos.
Problemas frecuentes
Diarrea: suele ser un problema habitual en verano, ya que el calor, el tipo de agua, los viajes y comer fuera de casa aumentan el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Tiene un periodo de incubación variable y se caracteriza por la necesidad de realizar tres o más deposiciones al día, generalmente muy líquidas o voluminosas.
Deshidratación. Es la pérdida de agua y puede ser más grave en períodos de mucha exposición al calor extenuante, especialmente para niños y adultos mayores. Se detecta por signos de sed, menor frecuencia para orinar, piel seca, fatiga o color en la orina más intenso. Y también uno se deshidrata si se tiene diarrea lo cual produce pérdida de líquidos y electrolitos por las heces.
Gastroenteritis: es un cuadro de diarrea aguda que se manifiesta por un aumento de deposiciones acompañada de dolor abdominal, vómitos, escalofríos, cólicos, dolores musculares, fiebre, deshidratación y presencia de sangre en las heces. Normalmente se manifiesta con debilidad, letargo, sed intensa y orina con color y olor fuerte. Suele darse por infecciones víricas o por ingesta de agua contaminada o no potable o de alimentos en malas condiciones.
Salmonelosis: es la causa más frecuente de diarrea infecciosa en todo el mundo. Es una de las intoxicaciones alimentarias más agresivas, causada por alimentos contaminados con heces de animales que contienen una entero bacteria denominada Salmonella. Se transmite al hombre a partir del agua y múltiples alimentos, sobre todo huevos de aves contaminados, mariscos y carne de animales infectados o en contacto con estos microorganismos. Frecuentemente se da en huevos que no han sido lavados antes de romperse y son utilizados para elaborar alimentos como la mayonesa.
Prevención
- El contagio más habitual es por vía fecal-oral por ello se debe realizar frecuentemente el lavado de manos.
- No comer en lugares que no ofrezcan garantía, especialmente en los viajes a países de fuera de nuestro entorno.
- Evita beber agua de fuentes, ríos o arroyos. En los viajes lo mejor es beber siempre agua envasada y tener cuidado con los cubitos de hielo, pues pueden estar hechos con aguas contaminadas.
- Evite dejar los alimentos a la intemperie, a fin de que el calor para evitar que se recalienten o se humedezcan, o que los insectos y otros elementos los contaminen o se descomponga. Se debe mantener una buena conservación y limpieza en los alimentos que consumimos diariamente.
- No romper la cadena del frío con los alimentos, sobre todo con aquellos que deben conservarse con refrigeración. De preferencia, en recipientes de vidrio. Si usted calienta comida refrigerada y sobra un poco, no la guarde de nuevo, mejor deséchela y evite la contaminación.
- Cuidado con el pescado crudo. Se recomienda mantenerlo refrigerado máximo durante un día. Para que dure más tiempo, es necesario guardarlo en la congeladora.
- Debemos mantener los modos básicos de higiene, haciendo que nuestros niños se acostumbren a lavarse las manos con agua y jabón durante varios segundos y secarse con toalla limpia, cada vez que se va al baño y antes de las comidas.
- Debemos hacer que el niño beba bastante agua, fresco durante todo el día y más aún cuando están jugando y está expuesto al sol ya sea realizando actividad física o juegos de recreación.
- Si salimos de paseo es mejor llevar un botellón de agua exclusivamente para lavar los alimentos y utensilios de cocina si se va a acampar.
- Hay que tener mayor cuidado con las cremas, salsas y jugos, que tienden a fermentarse más rápidamente que otras comidas.
Finalmente, diremos que es mejor evitar los remedios caseros, que muchas veces solo complican la enfermedad u ocultan sus verdaderos síntomas, lo que tiende a agravar el caso. Frente a toda esta situación lo mejor es consultar al médico especialista; pues tratar de manera incorrecta estas infecciones puede traer complicaciones.
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Fuentes: