Conoce los beneficios de amamantar para ti y tu bebé, y qué medidas debes tomar para garantizar una lactancia correcta.
Amamantar a un bebé es el primer seguro de vida que podemos darle desde su nacimiento. La leche materna es un alimento completo y saludable para recién nacidos, niñas y niños menores de 2 años o más; ideal por contener más de 300 nutrientes y cantidades exactas de grasas, azúcares, agua, proteínas y vitaminas necesarios para el crecimiento y desarrollo.
Existen diversas evidencias científicas de sus múltiples beneficios para la salud física y psicológica de los niños y las madres. Por ello, en esta nota repasaremos sus ventajas y también algunas claves para garantizar una lactancia materna correcta.
¿Cuáles son los beneficios para el lactante?
- Adquiere anticuerpos protectores de enfermedades de la infancia: diarrea, alergias, asma e infecciones respiratorias.
- Disminuye el riesgo de desnutrición.
- Reduce el riesgo de síndrome de muerte súbita infantil.
- Nutrientes necesarios para un óptimo crecimiento.
- Fácil digestión, disminuyendo molestias digestivas.
- Contiene líquidos y electrolitos suficientes para la hidratación.
- Mejor disponibilidad del hierro, calcio, magnesio y zinc.
- Favorece el desarrollo emocional e intelectual y lenguaje claro temprano.
- A largo plazo disminuye la probabilidad de enfermedades crónicas como obesidad, diabetes mellitus, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 1 e hipercolesterolemia.
- Mejor desarrollo cerebral y mejor desempeño en la escuela.
- Protege de caries dental y menor riesgo de realizar ortodoncia.
¿Cuáles son los beneficios para la madre?
- Crea un vínculo afectivo madre-bebé, favorable al desarrollo de la autoestima, personalidad saludable y adecuadas funciones cognitivas en el futuro inmediato.
- Favorece recuperación postparto.
- Permite quemar calorías adicionales y lograr el peso anterior al embarazo.
- Previene la depresión postparto.
- A largo plazo previene osteoporosis, cáncer de mama y cáncer de ovario.
- Disminuye el riesgo de sangrado postparto y de desarrollar anemia.
- Promueve la producción de hormonas que permiten relajarse y sentirse cariñosa hacia el bebé.
Claves para una lactancia materna correcta
1. Mantén una correcta alimentación e hidratación
Si bien no es necesario seguir una dieta especial por dar de lactar, sí es recomendable una alimentación equilibrada supervisada por tu médico, que incluya frutas, verduras, cereales integrales y alimentos ricos en proteínas como huevos, lácteos, frijoles, lentejas, para recibir la energía y los nutrientes para producir leche. El abuso del café, gaseosas o chocolate puede producir inquietud e insomnio en el bebé.
Notarás que tienes más sed de lo habitual. Tal y como sucede durante el embarazo, es recomendable aumentar los litros de agua consumidos al día. Durante la lactancia es recomendable aumentar el consumo a unos 3.1 litros diarios.
2. Cuida tu salud mental
Procura dormir lo suficiente y distraerte para reducir tu nivel de estrés. Nada que pueda debilitar tu sistema inmunológico es buena idea, con mayor razón en esta etapa.
3. Ejercítate adecuadamente
Consulta con tu médico los ejercicios que puedes realizar post parto. Podrías empezar con 10 minutos diarios de actividad física. Caminar, bailar o nadar son algunas opciones.
4. Realiza tus chequeos a tiempo
Ahora tienes una razón más para cuidar tu salud. Realízate todos los chequeos preventivos para evitar enfermedades o detectarlas a tiempo. Recuerda que el programa de maternidad de los seguros de salud de MAPFRE cubre controles pre natales, parto y post natales. No te automediques, cualquier medicación debe ser indicada por tu médico.
5. Repasa técnicas para amamantar
La mayoría de los problemas que sufren las madres durante las primeras semanas, como pezones doloridos, acumulación de leche o mastitis, ocurren generalmente porque el bebé no está bien cogido al pecho o bien porque no está mamando con suficiente frecuencia. Pero ¿en qué consiste una buena técnica de amamantamiento? Toma en cuenta estos consejos:
- La madre puede dar de lactar en la posición más cómoda para ella, aún en su cama hospitalaria, cuidando que el bebé esté algo inclinado, su cabeza por encima del resto del cuerpo.
- Si estás sentada, mantén tu espalda recta y bien apoyada, con el regazo prácticamente en plano. Deja que tus pies reposen sobre una superficie plana. Puedes usar almohadas o cojines para apoyar la espalda y los brazos, o para que el bebé esté en una posición más elevada.
- Si estás acostada, debes adoptar una posición lo más recta posible, con una almohada debajo de la cabeza y el hombro sobre la cama. A la hora de colocar al bebé, procura que su barriguita esté pegada a tu abdomen. Su nariz o labio superior se situarán a la altura del pezón, mientras que su cuerpo debe estar en línea, sin que tenga que estirar el cuello o girar la cabeza para mamar.
- El pezón no necesita que se esté lavando cada vez que lacte; es suficiente una limpieza al día. En caso de grietas en el pezón debes aplicar tu leche sobre las grietas.
- En casos de mastitis puerperal, el tratamiento se administra por el profesional médico. No debes suspender la lactancia, salvo en caso de absceso, hasta el drenaje de este. Podrás extraer la leche del otro seno y administrarla al bebé y, posteriormente, seguir lactando de los dos senos.
Evaluación de la lactancia materna
Para saber con seguridad si tu bebé está tomando la cantidad de leche necesaria para su completo desarrollo ten en cuenta estos aspectos:
- El niño deberá poner de 25 a 30 gramos al día durante los tres primeros meses de vida y 20 gramos aproximadamente al día de los tres a los seis meses.
- Después de las tomas, el bebé debe quedarse relajado y dormir plácidamente.
- Suele mojar de 6 o 8 pañales al día con orina.
- El bebé debe mantener una actividad adecuada a su edad y estar contento.